Demostrando que se puede
- Revista Teatral
- 28 ene 2017
- 3 Min. de lectura
Perseverancia, cultura y sabor en el Snack Cultural Tía Ñola
“Todos pueden hacer teatro, incluso los actores.
En todas partes se puede hacer teatro, incluso en los teatros”. Augusto Boal

El Snack donde el plato fuerte es la cultura está en la calle Ñuflo de Chávez #88, en el corazón de Santa Cruz. Con apenas dos años se convirtieron en el sinónimo de teatro en la capital cruceña. El Snack cultural Tía Ñola ofrece; monólogos, cuñapes, obras para niños, empanadas, café, un lugar para hacer residencia, salas de ensayo, refresco de mocochinchi, en fin, el centro cultural Tía Ñola, que tiene por apodo “Snack” ofrece sus espacios para quien quiera pasar un maravilloso momento acompañado de arte y comida tradicional cruceña.
El espacio nació en la cuna de una familia dedicada a los horneados típicos de Santa Cruz, esta “idea descabellada” surge de la necesidad de un espacio independiente que pueda tener una cartelera variada y con diferentes grupos. Hoy “somos un centro cultural disfrazado de snack” nos explica Ariel Vargas Mejía, coordinador y creador del Tía Ñola.
Ariel Vargas, actor egresado de la escuela nacional de Santa Cruz, nos explica que buscan generar un movimiento permanente cultural y artístico en la ciudad, de la mano de una sala “amigable” que facilite el contacto entre los artistas y el público. Bajar el arte escénico de esa inalcanzable y elitista “vitrina” en la que a veces cae a un lugar donde todos puedan entrar en contacto.
En la búsqueda de un lugar físico que les permita crear ese espacio de interacción llegaron a la Ñuflo de Chávez #88, lo que era antes el palacio de justicia. Transformaron lo que en una época fueron carceletas y oficinas de judiciales en escenarios íntimos y salas de ensayo dónde se realizan talleres. “Tratar de ocupar un espacio que nunca fue pensado para el arte y que probablemente estuvo en el lado opuesto que es la figura de la justicia, porque la justicia puede llegar a ser muy injusta por ser concreta. Nosotros tratamos de tener un espacio que genere dudas más que certezas” explica Vargas.
El espacio se compone de varias partes. En el ingreso se encuentra el área del comedor, un restaurant popular, el corazón del snack. Tras un pequeño patio está instalada la primera sala de talleres, finalmente se descubre la sala de teatro con espacio para 60 personas. La parte de atrás ofrece cuatro habitaciones para residencia de artistas o también para personas que busquen un lugar más barato que un alojamiento. También se ofrece un patio para puestas alternativas, “descontraídas”. El equipo de trabajo del snack procura que todos los meses se tenga un taller y tener una cartelera con obras todos los fines de semana.
El trabajo del snack culminó en uno de los momentos más importantes del snack, su primer festival en conmemoración a un año de trabajo con cartelera permanente. Inició el 21 de mayo del 2016 con ''Dime que me amas'' de la dupla Chipana/Arancibia, luego se presentó la obra para niños “Te cuento teatro” del grupo Titiritando, también se presentó la reconocida actriz Sandra Peña con su monólogo ''Y en medio de todo esto, ¿quién era?''. También se dieron cita las obras: “Mi muñequita-La farsa” “Debajo del puente”, “Solo para Paquita”, “¿Otra vez caperucita?”, “Infinita locura”, “Juancito y María”, “Coto colorao” y “Una ratita presumida”. El festival cerró el 29 de mayo con “Riñón de cerdo para el desconsuelo” del grupo La Madrastra desde Cochabamba.
El Snack Tía Ñola ya es un centro reconocido y querido, quizás sea porque los responsables del espacio lograron aunar los esfuerzos de artistas, gestores y espectadores para levantar algo más que un centro cultural. Quienes cruzan la puertas del snack descubren una de las casas del arte que está dispuesta a todo para brindarles una gran experiencia artística, culinaria y demostrar que se puede.
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