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Chutango, la tragicomedia épica

  • Revista Teatral
  • 9 dic 2016
  • 5 Min. de lectura

David Mondacca se hizo acreedor por tercera vez del premio de la XI versión del Concurso Municipal de Dramaturgia Adolfo Costa Du Rels. En esta ocasión el director, actor y dramaturgo de Mondacca/teatro nos brinda una entrevista para hablar del texto ganador de este año: Chutango.

“Para mí un premio reafirma tus convicciones y el compromiso se hace más sólido”

Es la primera vez que una persona gana tres veces este premio, el dramaturgo ganó el año 2009 con “El Santo del Cuerno”, la exaltación del oficio de ser lustrabotas en las ciudades de La Paz y El Alto, “cuando trabajaba en la escuela Municipal de Artes de El Alto veía niños desamparados, el calvario que sufren en ese afán de ganar el pan de cada día, lo noble del oficio de ‘yo lustra, me inclino a lustrar tus calzados’ ” nos comenta el autor. Es una tragicomedia que fue puesta en escena el año 2010 a cargo de Mondacca/teatro.

El año 2013 también se hizo con el premio con “Corazón de Hojalata”, que relata la historia de un mascarero retirado que tenía la fama de haber fabricado una máscara que quien la usaba podía seducir a quien sea que vea a los ojos de la misma. La trama se debate cuando una muchacha le pide que fabrique una máscara para ella como lo hizo con su madre, esta obra transcurre en medio de una fiesta como el Gran Poder donde pareciera que las puertas del averno se abren y confluyen todos los “yo” de los danzantes, nos explica Mondacca. Esta tragicomedia aún no se ha estrenado.

De acuerdo a David Mondacca justamente estos tres textos ganadores son parte de una trilogía sobre el Ande, otorga una visión acerca de la ciudad de La Paz. La obra ganadora, Chutango, que en un principio era la fusión de Chuta, aquel personaje cínico que tiene dos mujeres al lado y el tango, que para el autor es un baile con mucha sensualidad.

El proyecto de Chutango es el texto más ambicioso de Mondacca ya que existen como 60 personajes, 20 principales y coros como en los del teatro griego, pero de beodos, auqui auquis y chutas. La trama se desenvuelve en el plano real cuando velan el cuerpo de Chutango y aquellos quienes lo sobreviven pelean por los restos materiales, y en el onírico, donde él, un danzante de las fiestas de Carnaval y Gran Poder, conoce otros seres como similares y rememora la tragicomedia que fue su vida ya pasada, todo esto sucede mientras se celebra una gran fiesta. Pensado en ser un despliegue de baile, de máscaras, personajes, música y canto, donde las artes se fusionen en esta ambiciosa propuesta teatral.

El autor nos menciona que si este ambicioso proyecto quiere llevarse a cabo dependerá de su socia, compañera, actriz, directora y gestora cultural Claudia Andrade quien ha sido la encargada de llevar a las tablas una gran cantidad de las obras del elenco como ser: El Santo Del Cuerno, Aparapita y Delirio de Lara, entre otras, en estas mencionadas con por lo menos 20 personas en escena.

“El texto (Chutango) estaba como cinco años en mi cabeza

y este año me di la tarea de dar la poda, limpiarlo,

sacar la grasa y quedarme con el músculo.”

Para el dramaturgo es necesario plasmar las ideas en papel y lo más duro es despojarse de aquello que está por demás y normalmente es de lo que uno se ha enamorado a la hora de escribir un texto teatral. Una obra debe ser un proyecto de largo aliento, si aún no está en papel estará girando en la mente, la emoción y poder luego plasmarlo en escritura, y aun así seguiría siendo solamente literatura, el momento en que la obra cobra vida es cuando los personajes viven y sufren en las tablas, menciona Mondacca.

La inspiración de Chutango, para el autor, deviene de la fascinación que siente por algunos personajes de las fiestas bolivianas, aquellos que cubren totalmente su rostro y se dedican a danzar y bailar, de aquellos devotos que bailan para la Virgen, por ejemplo, y de aquella dualidad, la vida cotidiana de aquellos danzarines, cómo se mezclan ambos.

También le seduce la idea de ver danza, seducción, peleas y demás en la escena, de ver nuevamente la dualidad del personaje y del ser humano, que en un momento puede ser devoto y al siguiente tomar el camino de la dispersión y la ebriedad, el cielo y el infierno que se ve en las fiestas.

Del dramaturgo para los lectores

David Mondacca comparte una escena de Chutango, su obra premiada con Saynata y algunos consejos para escribir.

- El Emisario de la Muerte: Está seducida, va a tomar tu mejor matraca, tu mejor máscara, tu mejor traje y se va a dar un día de asueto metiéndose (en la fiesta).

- Chutango: “Bueno, que vaya y seduzca, que se embriague, que advierta lo que es la verdadera vida”.

- Madre: “Mi hijo está muerto y voy a rodear su féretro con todas las matracas y con todos los trajes de su vida y sus bailes, cada uno significa un amor perdido, una esperanza, una ilusión trunca, cada uno significa una emoción guardada, un delirio.”

El dramaturgo “devela” su secreto para escribir, vio, hizo y leyó mucho teatro y las historias, ya salen naturalmente, nos comenta. Que en esta etapa de su vida se dedica a escribir sus historias y antes de eso, quiso interpretar todos los papeles que podía, después de haber vivido mucho, el teatro le ha abierto las puertas a muchos mundos.

Las historias vendrán por añadidura, y todo este tiempo se ha abrir sus emociones, sentimientos y pensamientos, luego todo lo que sientes o ves, ya es motivo de una historia, comenta Mondacca. Llega un momento en el que uno ve que las historias están ahí, en los periódicos, en las experiencias, y el reto es contarlas y darles vida, en nuestro caso, debe tomar cuerpo y llegar a la escena para no quedarse en literatura, la escritura debe orientarse a tomar vida en escena, porque en el papel es un camino a medias. Yo he tratado de hacer dramaturgia, tener un texto listo para que un actor se imbuya de ese personaje y lo viva en escenario.

“Como dice Bukowski,

debemos ser estudiosos del Infierno”

Para Mondacca, los buenos escritores son buenos lectores y los buenos actores son buenos espectadores, en la etapa de formación debe ver todo lo que pueda. Un escritor debe leer todo lo que encuentre, el periódico pasado, buscar la vida de un chef si vemos un programa de cocina, la curiosidad es todo y sobre todo indagar el aspecto humano de los personajes, el por qué el perverso es perverso, ir más allá, todo eso es un material tremendo y cuando llega la escritura todo eso aflorará, lo demás vendrá por añadidura. Como dice Bukowski, debemos ser estudiosos del Infierno.

 
 
 

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